domingo, 17 de febrero de 2013

expo los peca2 capitales


LOS 7 PECA2 CAPITALES Y LAS 7 VIRTUDES CONTRARIAS

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PECADO:  LA AVARICIA


Del dolor y las espinas manó la sangre que algunos convirtieron en fé, luego llegaron otros y esas fé la hicieron promesas, mas tardes las promesas se tornaron en ley, la ley en premio y castigo…
Del dolor y la cruz manó la sangre que muchos, de los que fueron algunos, convirtieron en limosna, luego otros las limosnas las convirtieron en diezmo, el diezmo en precio, el precio en sueldo, el sueldo en riqueza, la riqueza en capital, el capital en fortuna, la fortuna… en sermones bajo cúpulas de oro, bajo tiaras y mitras, bajo báculos resplandecientes… en altares de flores en vez de altares de piedra, madera y sangre.
Del dolor, las espinas y la cruz, algunos de los algunos, que antes fueron muchos, no dejan de rezar por el hambre en el mundo…



VIRTUD:  LA GENEROSIDAD


La naturaleza, la fuerza de volcán estallando con gritos de tierra abierta y quemada, el suave cristal de la luna cerniendo estrellas lejanas, el sol, preñando en el fondo del mar a caracolas y algas amargas… el mar, generosidad de sal, brisas y galernas, el mar, hacedor de horizontes azules y de abismos infinitos.
El mar, generosidad hecha espuma, ola coronada de sal, nautilos rayados como tigres…concha, caracola, coral…sirena imaginaria.



PECADO:  LA ENVIDIA


La Envidia suena a canción de Antonio Machín, de los Panchos o de Maria Dolores Pradera. Es una campanita de cristal que imita el sonido de la noche… es la cuna donde las mariposas sueñan con ser las notas musicales del chelo, y el chelo con tener el cuerpo de mujer, y la mujer con tener alma de música.
Mariposas temblonas en pentagrama transparente… alas asustadizas que esparcen el polen del alma.
Y la música, próxima y lejana, se alía con las arañas para tejer telas invisibles, juntas van de caza; atrapan sentimientos, el humo de los deseo, el perfil de los sueños, los colores de la tarde, el frio de las mañanas… y el olor de lo que otros guardan como tesoros y yo no tengo, cuando despierto, debajo de la almohada.




VIRTUD: LA CARIDAD



Átenme las manos, que cuerdas de alambres de acero rocen mis muñecas… Átenme los sueños, que todo sea tan abstracto como una lengua oriental, todo tan difuso como el hilo de tejedor de los capullos de la seda… Átenme el cuerpo y el alma, rociénmelo con la melaza dulce de los pétalos de la sal… Átenme la vida a la muerte, el traje del bautizo a la mortaja blanca cuando me lleven a enterrar… Átenme las manos con los pies, los pies a anclas perdidas en el fondo del mar, el mar al horizonte de la tierra con el cielo, el cielo con las lágrimas de quien no sabe llorar, el llanto con el hambre, el hambre con la guerra, la guerra con la bandera blanca de la paz, la paz con la paloma, la paloma con quien ni tan siquiera se atreve a suspirar, el suspiro a la vida, la vida… la vida no me la vallas a atar.  



PECADO: LA LUJURIA 





Dibújame tu cara en el aire, tu perfil, tus labios pegados a los míos… tu nariz cuando forma parte de mis orillas.
Dibújame los bordes de tus ojos, la cruel sonrisa después de un beso robado.
Dibújame el aleteo del aire entre tu rostro y el mío, las luciérnagas comedoras de luz cuando están paradas entre tu y mi deseo.
Blanco sobre blanco… rojo de manzana asustada, temblor de mano que se hace garra, anzuelo, garfio de pirata.
Manzana roja que se tiñe de verde y blanco queriendo escapar del pecado. 



VIRTUD: LA PUREZA


 Huele a hierva verde el campo… no hay amapolas ni pañuelo de mujer gitana, no hay enaguas con cintas de colores, ni toquilla de convento, ni cilicios con espinos de alambre.
Huele a noche la tarde… no hay estrellas en el horizonte de la nada, no hay soles disfrazados de luceros, no hay caminos con nombre de apóstol santo…


PECADO: LA PEREZA



No hay aire, ausencia de aliento, camino sin huellas y destino frágil que aletea en el sentimiento.
No hay sueños, ausencia de ilusiones, sendero que sube y baja como caballitos de feria.
No hay rencor ni odio, y el presente juega a ser pasado en ese futuro que ni tan siquiera imaginamos.
Dos paredes y yo –tu- en medio, sujetando la cabeza y el alma entre los brazos que ni siento ni sientes.
Leve vida de aire que no hay y de aliento que ni sientes ni deseas que roce tu cuerpo.



VIRTUD: LA DILIGENCIA
  

Cuando las emociones se hacen laberinto de color, cuando las esperanzas dejan de serlo y se tornan sueño, cuando zumban las ideas y hay tormentas en el interior.
Hacer, intuir, imaginar, concebir, forjar, descubrir, innovar…crear.
Sembrar las ilusiones junto a los sueños, abonar la tierra con paciencia y convencimiento, regar con frecuencia con el azul transparente de alguna lágrima… esperar, esperar sin perder las esperanzas, esperar sin malgastar los anhelos.


PECADO: LA GULA


HAMBRE, ANSIA, AVIDEZ, AVIDEZ, ANSIA, HAMBRE.
HAMBRE, ANSIA, AVIDEZ, AVIDEZ, ANSIA, HAMBRE.
HAMBRE, ANSIA, AVIDEZ, AVIDEZ, ANSIA, HAMBRE.
HAMBRE, ANSIA, AVIDEZ, AVIDEZ, ANSIA, HAMBRE.
HAMBRE, ANSIA, AVIDEZ, AVIDEZ, ANSIA, HAMBRE.
HAMBRE, ANSIA, AVIDEZ, AVIDEZ, ANSIA, HAMBRE.
HAMBRE, ANSIA, AVIDEZ, AVIDEZ, ANSIA, HAMBRE.
HAMBRE, ANSIA, AVIDEZ, AVIDEZ, ANSIA, HAMBRE.
HAMBRE, ANSIA, AVIDEZ, AVIDEZ, ANSIA, HAMBRE.
HAMBRE, ANSIA, AVIDEZ, AVIDEZ, ANSIA, HAMBRE.



VIRTUD: LA TEMPLANZA



Trae hambre la tarde,
El día cansó su cuerpo.
Miel y granos de trigo
Pusieron nombre a su apetito.
Lanzó su lengua de agua,
Amenazó a la noche con su vigilia.
Nunca se comió la tarde las estrellas ni
Zarzas blancas brotaran de su boca
Ahora que la tarde ya es noche.



PECADO: LA SOBERBIA 




Soy yo, es él, tu al otro lado… soy yo, es él que con todas sus piezas logró hacerse a sí mismo un “casi Dios”.
Impone sus reglas, sus deseos son ordenes escritas, sus ordenes alabanzas y castigos… menos precios, arañazo al aire y vuelve a recontar sus piezas… aún le sobran dos, esas que guarda por si alguna se desgasta, por si, en algún descuido, alguien mas “dios” que él le roba alguna.
Pequeñez del hombre-dios que se alza sobre zancos de madera y reconstruye el mundo a su manera, a su imagen y semejanza, a su libre albedrío… como si fuera Dios.
Pequeñez del “dios-hombre” que extiende su dominio sobre el humilde y el paciente, sobre la espada y el puñal de hombres de paz.
Soy yo, es él, tu al otro lado de un espejo mágico donde solo se refleja un rostro… el suyo.



VIRTUD: LA HUMILDAD



Sentirnos jaulas vacías,
prisiones sin rejas ni carceleros…
Pajaritas de papel que sueñan con bailar en el aire
y, por un instante, ser cometa con lazos de colores.
Declararnos en paz sin firmas ni tratados,
porque hemos visto como las olas se salen del mar, hemos escuchado la canción de sirenitas de papel celofán, hemos deseado  ser olor de nardos del arriate de los sueños;                            
porque nuestros dedos han tocado la orilla plateada de la      luna, porque en nuestra garganta se quedó el sabor dulce de una canción.



PECADO: LA IRA



 Hombre y mujeres sin cara bajan por el aire, traen lanzas en sus manos y en sus pies el deseo de pisar las rosas primeras de Abril. Vienen sin mostrar sus caras ni sus alas, vienen con el alma desgastada, con las manos entumidas de tanto dolor sin pausa.
Me pisan, te pisan… derriban al rey, ensalzan al alfil sobre la tabla disfrazada de arlequín… están acostumbrados a ganar batallas, a cambiar fronteras, a ganarse en partidas de juego el destino de los que le tejen sus trajes y dan luz a sus llamas.



VIRTUD: LA PACIENCIA


Pared, rincón, muro que se tiñe de verde hiedra.
Rincón, muro, pared rayada por las caricias del tiempo.
Muro, pared, rincón donde las invisibles caricias del tiempo se tornan en verde hiedra.

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